Si tu perro no responde al llamado durante los paseos, no estás solo. Muchos tutores experimentan frustración cuando su mascota se aleja y no vuelve, incluso tras múltiples intentos. Esto puede ser especialmente peligroso en parques, playas o zonas abiertas donde el perro está sin correa. Pero, ¿es cierto que solo algunas razas pueden aprender el “recall”? La respuesta es clara: no.
Todos los perros pueden aprender a regresar al ser llamados, sin importar su edad, tamaño o historial. La clave está en un entrenamiento progresivo, estructurado y coherente. A continuación, te presentamos un programa de 4 etapas que ha demostrado ser efectivo tanto para principiantes como para cuidadores con experiencia, adaptado a las condiciones y estilos de vida en México.
El llamado no es solo una orden, es una herramienta de seguridad
El “recall” o llamado no es simplemente una señal de obediencia: puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Un perro que no regresa puede correr hacia la calle, ingerir algo tóxico o acercarse a otro animal de forma peligrosa. Según datos de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE), cada año se reportan miles de mascotas extraviadas, y gran parte de estos casos suceden en paseos mal controlados.
Un buen entrenamiento de llamado es, por tanto, una responsabilidad básica de cualquier tutor.
Etapa 1: Asociar su nombre con algo positivo
Muchos perros no responden a su nombre porque lo asocian con algo negativo: regaños, interrupciones, momentos incómodos. Por eso, es fundamental reconstruir la relación con su nombre, reforzándola de forma positiva.
- Escoge un lugar tranquilo (ej. sala de tu casa) y ponte a 2 metros de distancia
- Llama su nombre en un tono alegre y recompénsalo con una golosina especial apenas te mire
- Repite esta dinámica varias veces al día durante 1-2 minutos
- Usa premios de alto valor (pollo cocido, salchicha sin condimentos, etc.)
No lo regañes si no responde al inicio. Tu objetivo es que su nombre se convierta en sinónimo de recompensa, afecto y diversión.
Etapa 2: Elegir una palabra de llamada clara y única
Evita confundirlo con múltiples expresiones como “¡ven!”, “¡aquí!”, “¡rápido!”. Elige una sola palabra y utilízala siempre para el mismo propósito.
- Usa “ven”, “aquí” o “regresa”, pero de forma consistente
- Acompaña la palabra con lenguaje corporal claro (ej. agacharte, extender los brazos)
- Premia con entusiasmo cada vez que regrese
El tiempo entre el llamado y la recompensa debe ser mínimo. Así reforzarás la conexión entre el comportamiento deseado y el estímulo positivo.
Etapa 3: Aumentar la distancia y las distracciones
Una vez dominado el llamado en espacios tranquilos, es hora de introducir distracciones y aumentar la distancia. Los perros no generalizan fácilmente: lo que aprenden en casa no lo aplican automáticamente en el parque.
- Incrementa la distancia gradualmente: 3 m → 5 m → 10 m
- Añade distracciones leves como sonidos o movimientos de otra persona
- Practica en un jardín cerrado, estacionamiento sin tránsito o parque poco concurrido
Si no responde, no lo reprendas. Repite el ejercicio en condiciones más fáciles. El éxito frecuente es más efectivo que sesiones largas con frustraciones.
Etapa 4: Aplicar el llamado en la vida real
Con la práctica suficiente, toca probar el llamado en ambientes reales: calles, áreas verdes o excursiones. En esta etapa, es indispensable utilizar una correa larga o “long leash” de 10-15 metros (disponible en tiendas mexicanas desde $250 MXN).
Ejemplo práctico:
- Permite que tu perro explore con la correa larga
- Después de unos minutos, emite el comando de llamado con energía
- Cuando regrese, dale un premio excepcional (su juguete favorito, juego breve o comida especial)
Lograr una tasa de éxito del 60-70% en entornos reales es un gran comienzo. Con el tiempo y la repetición, esa respuesta se convertirá en un hábito confiable.
Errores comunes que sabotean el entrenamiento
- Usar varias palabras sin consistencia, confundiendo al perro
- Recompensas débiles o tardías que reducen la motivación
- Regañar después de que regrese, creando una asociación negativa
Volver nunca debe implicar consecuencias negativas. Si planeas ponerle la correa o terminar el paseo, primero recompénsalo. Así, volver seguirá siendo algo positivo.
¿Y si mi perro es mayor o rescatado?
Todos los perros pueden aprender, sin importar su edad o historia. Lo que importa es la consistencia, la paciencia y la estructura. En refugios de Ciudad de México, entrenadores han logrado excelentes resultados con perros adultos adoptados, incluso aquellos que jamás habían sido entrenados.
Ejemplo: una perra mestiza de 9 años, adoptada de un albergue, logró un 80% de éxito en solo 5 semanas siguiendo estas cuatro etapas. El secreto no es el perro, sino el método.
Herramientas y apps útiles en México
- Correas largas (10–15 m): desde $250–400 MXN en tiendas como Petco o Amazon México
- Clickers: ideales para reforzar el momento exacto del comportamiento
- Apps como “Dogo”, “GoodPup” o “Petletics”: ofrecen programas guiados en español
Estos recursos ayudan a estructurar el proceso y mantener la motivación del tutor en alto, incluso sin experiencia previa en entrenamiento.
Cómo mantener el llamado a largo plazo
- Recompensas variables: no premies siempre igual, incluye sorpresas
- Asocia el llamado a juegos: luego de regresar, juega a la pelota o haz un paseo corto adicional
- Convierte los errores en oportunidades: si falla, no lo tomes como retroceso, sino como una oportunidad de práctica
El entrenamiento del llamado no termina nunca. Es una habilidad que se cultiva constantemente, como una relación de confianza mutua entre perro y tutor.
Conclusión: No es el perro, es el sistema
Cuando un perro no vuelve, no es porque no quiera, sino porque el método ha fallado. Un llamado poco claro, recompensas inconsistentes o experiencias negativas pueden minar años de entrenamiento. Pero con el plan adecuado, cualquier perro puede mejorar.
Cambia la pregunta de “¿por qué no regresa?” a “¿cómo puedo hacer que quiera regresar?”. Ahí empieza la diferencia.