“¿Por qué me distraigo tan pronto como me siento a estudiar?”
“Tengo la motivación, pero no logro concentrarme y mis sesiones de estudio no rinden.”
Si te identificas con estos pensamientos, no estás solo. Según las más recientes investigaciones en neurociencia, comprender y aprovechar cómo funciona tu cerebro es mucho más efectivo que simplemente intentar forzarte a concentrarte.
En este artículo, te comparto 9 técnicas de estudio basadas en la neurociencia para mejorar tu concentración.
Con ejemplos adaptados a México y referencias de expertos, descubrirás estrategias prácticas que puedes aplicar desde hoy para optimizar tu atención y mejorar tus resultados de aprendizaje.
1. Aprovecha el sistema de dopamina
La dopamina es un neurotransmisor clave en los procesos de motivación y recompensa.
Según un estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, el aumento de la liberación de dopamina incrementa la motivación y prolonga la capacidad de concentración.
¿Cómo estimular este mecanismo?
- Divide tus objetivos de estudio en metas pequeñas y alcanzables que te permitan experimentar logros frecuentes
- Lleva un registro de tus avances y recompénsate por cada progreso
- Establece un sistema de recompensas personal (por ejemplo, ver un capítulo de tu serie favorita después de estudiar)
2. Acepta los límites de tu atención
El cerebro humano no está diseñado para mantener una concentración intensa por periodos prolongados.
Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los adultos en promedio pueden sostener un estado de concentración profunda por 25 a 30 minutos.
Por ello, te recomiendo:
- Aplicar la técnica Pomodoro: 25 minutos de estudio concentrado seguidos de 5 minutos de descanso
- Durante los descansos, evitar el uso de pantallas y permitir que el cerebro se relaje
3. Reduce los estímulos visuales
Los estímulos visuales consumen rápidamente recursos cognitivos.
Un espacio de estudio desordenado facilita la distracción.
Para crear un entorno propicio para el estudio:
- Mantén en tu escritorio solo el material esencial
- Retira objetos innecesarios del campo visual
- Opta por una decoración sencilla y relajante
4. Define objetivos de estudio claros
Los objetivos vagos confunden al cerebro y dificultan la concentración.
Los psicólogos educativos recomiendan establecer metas concretas y medibles para potenciar el compromiso mental.
Ejemplo:
- “Aprender 50 palabras nuevas de vocabulario hoy” (objetivo claro)
- “Estudiar un poco de inglés” (objetivo vago)
5. Optimiza tu cerebro con un buen descanso
La falta de sueño afecta el funcionamiento de la corteza prefrontal, repercutiendo directamente en la atención y las funciones ejecutivas.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de México, dormir menos de 6 horas disminuye significativamente la concentración y la eficiencia cognitiva.
Lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas diarias, manteniendo un ritmo de sueño regular.
6. Establece una rutina matutina para activar el cerebro
Una rutina matutina estructurada ayuda a preparar el cerebro para un estado óptimo de aprendizaje.
Algunas sugerencias:
- Levantarte a la misma hora cada día
- Realizar estiramientos suaves o ejercicios de meditación
- Leer entre 10 y 15 minutos después del desayuno
Estos hábitos estimulan la actividad cerebral y mejoran la concentración durante las sesiones de estudio.
7. Evita el multitasking
El multitasking reduce notablemente la productividad y la capacidad de concentración.
Según un estudio de la Universidad Iberoamericana, cambiar frecuentemente de tarea aumenta la carga cognitiva hasta en un 40 %.
Por ello, es más efectivo enfocarse en una sola tarea a la vez.
8. Utiliza los ritmos cerebrales a tu favor
Las ondas cerebrales varían según los estados mentales.
Las ondas alfa (8–12 Hz) y theta (4–8 Hz) están asociadas a un estado de atención relajada y enfocada.
¿Cómo aprovecharlas?
- Escuchar ruido blanco o música con frecuencias específicas durante el estudio
- Usar apps como «Noisli» o buscar listas de reproducción de “música alfa” en Spotify o YouTube
Este método es especialmente útil en entornos ruidosos para mantener la concentración.
9. Estimula tu cerebro con ejercicio físico
El ejercicio regular incrementa la producción de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), lo que mejora la función cognitiva.
La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica semanal para favorecer la salud cerebral.
Incluso sesiones breves de 10 a 15 minutos de ejercicio ligero, como caminar a paso rápido o saltar la cuerda, antes de estudiar pueden mejorar significativamente la concentración.
Conclusión: Integra la neurociencia en tus hábitos de estudio
La voluntad por sí sola no basta para mantener altos niveles de concentración.
Comprender el funcionamiento del cerebro y diseñar estrategias de aprendizaje basadas en ello permite lograr resultados más duraderos.
Comienza por aplicar algunas de las 9 técnicas que te he compartido.
Recuerda que lo importante no es la perfección, sino una mejora constante y sostenible.
Con el tiempo, te convertirás naturalmente en una persona capaz de concentrarse profundamente.
¡Mucho éxito en tus estudios!