Una de las grandes preguntas que se hacen los inversores a largo plazo es: «¿Conviene más invertir en acciones con crecimiento de dividendos o en acciones con alto rendimiento por dividendo?» La respuesta depende de múltiples factores: los objetivos financieros personales, el contexto económico, la inflación, y el perfil de riesgo. En este artículo comparamos los rendimientos totales a largo plazo de ambas estrategias utilizando datos del mercado estadounidense y ofrecemos recomendaciones prácticas adaptadas a los inversores hispanohablantes, especialmente en América Latina.
¿Por qué este debate sigue vigente? La estrategia detrás de los dividendos
Invertir en dividendos no se limita a generar ingresos pasivos. También es una forma de estabilizar una cartera, mantener la disciplina en tiempos de crisis y aprovechar el poder del interés compuesto. Sin embargo, no todos los dividendos son iguales. Muchos inversores se sienten decepcionados con el desempeño a largo plazo de las acciones de alto dividendo. Las principales razones son:
- Las acciones de alto dividendo suelen tener bajo potencial de crecimiento.
- Altas tasas de reparto limitan la capacidad de reinversión.
- Frecuentemente están concentradas en sectores cíclicos como energía o telecomunicaciones.
En contraste, las acciones con crecimiento de dividendos comienzan con un rendimiento modesto, pero incrementan sus pagos regularmente, lo que potencia el efecto acumulativo a largo plazo.
¿Qué es una acción con crecimiento de dividendos?
Se trata de empresas que han aumentado sus dividendos cada año durante décadas. En Estados Unidos, el índice S&P 500 Dividend Aristocrats incluye compañías que han aumentado sus dividendos durante al menos 25 años consecutivos. Algunos ejemplos reconocidos:
- Coca-Cola (KO): más de 60 años de aumentos
- Johnson & Johnson (JNJ): más de 50 años
- McDonald’s (MCD): más de 40 años
Estas empresas representan solidez financiera, modelos de negocio estables y confianza a largo plazo.
Acciones de alto dividendo: ¿atractivas pero arriesgadas?
Un rendimiento por dividendo superior al 5 % puede parecer muy atractivo. Sin embargo, muchas veces es una señal de alerta:
- Caída del precio de la acción debido a un débil panorama empresarial
- Política de dividendos insostenible a largo plazo
- Uso del dividendo como herramienta para retener inversores
Aunque pueden ofrecer ingresos inmediatos, estas acciones a menudo sacrifican la apreciación de capital a largo plazo.
Comparativa basada en datos: desempeño en el mercado estadounidense
Un estudio realizado por Ned Davis Research junto con Hartford Funds (1973–2022) arroja los siguientes resultados:
Tipo de inversión | Rentabilidad anual promedio | Volatilidad |
---|---|---|
Acciones con crecimiento de dividendos | 10,3 % | Baja |
Acciones de alto dividendo | 7,6 % | Media |
Acciones sin dividendos | 4,8 % | Alta |
A largo plazo, las acciones con crecimiento de dividendos ofrecen el mejor balance entre rendimiento y riesgo.
Estrategias de portafolio según el objetivo financiero
1. Para generar ingresos estables
- Combinación de ETFs de alto dividendo con bonos grado de inversión
- Diversificación geográfica y sectorial para reducir riesgos
2. Para acumular patrimonio
- Foco en acciones estadounidenses con crecimiento anual de dividendos superior al 5 %
- Reinversión automática de dividendos para potenciar el interés compuesto
3. Para planificación de jubilación
- Mezcla equilibrada de acciones con crecimiento de dividendos y de alto dividendo
- Considerar ETFs con pago mensual como Global X SuperDividend o SPDR S&P Global Dividend Aristocrats
Ejemplo práctico: ¿qué ocurre después de 10 años?
Supongamos una inversión de USD 10.000 en 2013. El resultado sería el siguiente:
- Coca-Cola (KO): rendimiento total aproximado del 190 %
- AT&T (T): alrededor del 45 % (a pesar de mayor rendimiento inicial)
- Índice S&P 500: cerca del 155 %
Conclusión: las empresas que aumentan sus dividendos de forma constante suelen superar a aquellas con altos dividendos iniciales, en términos de rentabilidad total.
Conclusión: lo importante no es cuánto, sino la calidad del dividendo
La clave de una buena estrategia de dividendos no está en la cantidad que se recibe hoy, sino en la capacidad sostenida de una empresa para seguir aumentando esos pagos. Las acciones con crecimiento de dividendos combinan ingresos crecientes con apreciación del capital, lo que las hace ideales para horizontes largos.
Aunque las acciones de alto dividendo pueden tener su lugar —especialmente para cubrir gastos actuales—, perseguir altos rendimientos sin evaluar la sostenibilidad puede ser contraproducente. La estrategia más eficaz es aquella que equilibra rendimiento, estabilidad y horizonte temporal.
Recuerda: lo más relevante no es el dividendo que recibes hoy, sino el que podrías estar recibiendo mañana y en el futuro.